martes, 22 de mayo de 2007

A 8.000 METROS, CON 58 AÑOS Y SIN OXÍGENO ARTIFICIAL



La crónica del berciano Eloy Santín en el ChoOyu

El pasado sábado 19 de mayo por la tarde, cuando Miguel Ángel Pérez bajaba de la cumbre del Cho Oyu (con sus 8.201 metros, la sexta montaña más alta del mundo) se encontró a Eloy Santín, acompañado del valenciano Julio Coloma, a más de ocho mil metros. Habían pasado ya el terreno más difícil y sólo les quedaba el paseo por el plateau somital. Pero eran casi las
cinco, se hallaban más al límite de sus fuerzas de lo que ellos eran capaces de percibir y luego tenían que descender. A Miguel Angel le costó media hora convencerles de que tenían que bajar, tras usar ruegos, amenazas y hasta recordarles el nombre de sus mujeres.

Julio y Eloy tenían la cima muy cerca; si hubieran proseguido, seguramente habrían alcanzado la cumbre al atardecer, pero el riesgo en el descenso habría sido extremo, bien de despeñarse en la oscuridad al bajar, bien de tener que pasar la noche al raso por encima de 8.000
metros y sufrir congelaciones muy severas.

Tomaron la decisión correcta, la de descender. La cima no es lo más importante, lo importante es regresar. Si hubieran usado oxígeno artificial, seguro que habrían hecho cumbre. Pero prefirieron intentarlo con sus solas fuerzas, del modo más deportivo posible.

Hoy en día quizás se da demasiada importancia al hecho del alcanzar la cima. Y hay muchos que llegando
a donde Eloy y Julio han llegado, aseguran haber hecho cima en el Cho Oyu, pues en el fondo no les quedaba más que un largo paseo por una superficie casi horizontal. Pero ellos han preferido decir la verdad rigurosa: se quedaron muy cerca de la cima, donde ya no había dificultad para alcanzarla, pero sin pisar la misma cumbre.

Llegar a ocho mil metros sin oxígeno artificial tiene un enorme mérito, no menor que alcanzar la cumbre con equipo de oxígeno, Con la edad de Eloy Santín muy pocos han logrado ese reto, vaya nuestro reconocimiento para él, con cumbre o sin cumbre.

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